¡Felices Fiestas! Entre comidas y cenas al parecer nos hemos calmado un poco. Todo el mundo hizo una pausa por estos días para descansar, estar con su familia y recuperar energía.
Esta pausa sirve en muchas ocasiones para reflexionar y es que hay mucho que pensar. A veces el mundo parece un sin fin de calamidades, entre la guerra comercial, el Brexit, Chile, el calentamiento global con Greta incluida, la violencia en México y una infinidad de malas noticias… Podríamos sumirnos en un pesimismo generalizado. El mundo en discontent.
Casualmente, recobré un libro que hace un año hojee: Factfulness, de Hans Rosling. Con el acertado subtítulo Ten Reasons We’re Wrong About the World – and Why Things Are Better Than Your Think.
300 páginas llenas de datos duros que nos muestran cómo hemos avanzado en los últimos años. Un ponche de optimismo navideño que sin duda me cayó en el mejor momento. Con dos hijos, había empezado a obsesionarme con la deriva mundial, sin agua, con cataclismos y, sobre todo, un mundo bárbaro y violento.
Estas 300 páginas las recomiendo como un anti-depresivo. Son un ajuste de cuentas, con dato duro, contra las alertas que nuestras redes sociales bombardean diariamente, pintando un mundo descontextualizado en videos de 10 segundos e imágenes de felicidad y tragedia extrema en una misma página.
Hans Rosling nos muestra con datos un mundo mejor. Sólo que tal vez no nos hemos permitido mirar desde dónde venimos y por ende todo nos parece poco. Por ejemplo:
- En 1962 había 200 guitarras cada millón de habitantes, hoy hay 11,000.
- 90% de las niñas en edad escolar atienden a clases, versus 92% de los niños.
- En 1800 la esperanza de vida era de 30 años, hoy es 72 años.
- En 1800 el 1% de la población vivía en democracia, hoy es el 56%.
- El 88% de los niños de 1 año reciben vacunas, mientras que solo 22% en 1980.
- El número de bebés por mujer ha bajado de 5 en 1965 a 2.5 en 2017.
Otras veces he afirmado que tal vez el problema es que muchos de los avances en épocas recientes no han permeado a una mayoría y que existe una brecha aún mayor. Los 800 millones en extrema pobreza siguen estando ahí, a pesar de todos los avances posibles.
Sin embargo, en esta época habrá que pensar que los avances en la humanidad a veces se pueden medir con estadísticas extraordinarias. Por ejemplo, ¡la felicidad en guitarras!
Así que más abrazos y feliz año.