Re-engineering Narco (1)

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pedro valdez valderrama-entierro

Primera parte

Ya son quinientos mil muertos o más…

La violencia paso de ser el comentario que rompe el hielo, al tema central de cualquier reunión. Y es que hay mucho de que hablar. Como una película sangrienta que al volverse gore interesa incluso a los más sofisticados.

Pero en la confusión de los números, los cuerpos, las decapitaciones, las venganzas, se nos olvida preguntarnos, ¿que pasó?, donde giramos, donde empezó todo. Claro, vivimos en un país violento, sin embargo, ¿quien soltó los perros?

Recuerdo que hace veinte años tuvimos un excelente pretexto para aceptar la violencia, los secuestradores de los 90s, orillados por la crisis (o más bien ocultos por ella), salieron a la calle y nos tomaron por sorpresa. Eran depredadores con bandera.

Resignados

Resignados, hace veinte años aceptamos la violencia como una consecuencia de nuestros errores. La gran inequidad en este país se reflejaba en brotes de violencia callejera. En aquel entonces, reconocimos que la violencia era el resultado del desempleo, la angustia, la debilidad del estado, la confusión de un gobierno joven y sobre todo huérfano. A todo eso le llamamos “Inseguridad”; y lo nombramos en cada momento de nuestras vidas, cambiando nuestras rutinas, costumbres y placeres.

Resignados, hace veinte años aceptamos la violencia como una consecuencia de nuestros errores. Share on X

Y hasta aquí los Narcos aún en el camerino. De ellos poco hablábamos, tal vez en alguna esporádica acción del gobierno, extraditando estrellas de media marquesina (más por cumplir una cuota que por una estrategia). Que nostalgia… que tiempos aquellos de “Los Narcos Bien”. Como no extrañar las excelentes camisas Versace combinadas con jeans Lee, las hebillas, la variedad de botas, los ranchos. Los Narcos de los corridos, de los santos, narco políticos, narco empresarios, narco artistas, etc….Todo eso sí que lo extraño.

¿Y como cambió todo?

¿De cómo empieza una guerra? Se bajó el telón y otros entraron en escena No se si eran los mismos sólo que vestidos de tercer acto… ¡o eran otros artistas con más entusiasmo!

Tal vez alguien en algún momento dijo algo como: “para que la droga no llegue a tus hijos” …y alguien no entendió a que hijos se refería.

Puede ser que lo sucedido sea algo menos trivial y tal vez la respuesta no esta en la nota roja, en las policías, los jueces y otros. Pensando que las cosas no siempre son obvias, propongo algunos puntos de vista que creo muestran elementos adicionales a las imágenes con las que la televisión nos confunde cada día. Y es que en nuestro mediatizado país la identificación de las causas no es un ejercicio fácil.

Si me lo permite el lector, para mi análisis quisiera abstraerme un poco y enfocar el problema desde una perspectiva distinta. Si usted me excusa, “supongo” que el narcotráfico no es más que otro sector económico y suponiendo que dicho sector tiene un modelo de negocio, es claro que dicho modelo cambió radicalmente en los últimos años, haciendo de este una actividad con mayores externalidades negativas (por ejemplo, la violencia). Ahora bien, ¿qué parte de ese modelo cambió?

La globalización

Creo que lo más fácil es empezar a construir hipótesis sobre el enemigo publico número uno del mundo… la globalización. Hace algunos años los gobiernos del mundo en desarrollo decidieron que era necesario detener el manejo de recursos financieros con orígenes ilícitos. Se acuña el concepto de AML (anti-money-laundering). Para ello se establecen reglas de carácter global para controlar o al menos dificultar los flujos de dinero ilícito.

Que pensaría hoy de todo esto C. Humphreys, quien en los 30´s convenció a la mafia de Chicago de reciclar el dinero del crimen invirtiendo en lavanderías, práctica que con el tiempo tomó dimensiones mucho más sofisticadas.

Esta tendencia de control de los flujos monetarios se fortaleció justo después de los atentados del 9/11, con el objetivo de diezmar los recursos de asociaciones terroristas. En fin, en un mundo globalizado no nos parece que un individuo se presente a una sucursal bancaria con un portafolio lleno de dólares.

Es difícil imaginar a simple vista como este “globalizado anti-money-laundry” cambió nuestro narco-business-model, sin embargo, los efectos fueron devastadores para nuestros viejos amigos de Culiacán;  y es que al parecer hoy es complicado encontrar quien te de una factura legal por la compra-venta de una tonelada de cocaína! 

Habrá que recordar con que facilidad nuestros amigos podían participar en otros sectores económicos proveyendo el cash necesario (en maleta) para impulsar el desarrollo nacional. Con esta banca de desarrollo paralela, se impulso el turismo (habría que ver algunos hoteles de Cancún), los bienes raíces, la agricultura, etc. Recursos filtrados a nuestra economía de forma directa, “a la vena”, para ser mas congruentes con el lenguaje del sector.

Corrupción

Cabe mencionar que hasta aquí la corrupción no debió tener la magnitud de hoy. Ya que al final no había muchos delitos que perseguir. Ni siquiera el traer unas buenas botas de tortuga era ilegal en aquel entonces.

Regresando a los elementos básicos de nuestro modelo de negocio, podemos afirmar que el modelo de negocio era relativamente sencillo, basado en organizaciones relativamente pequeñas, las cuales gestionaban un negocio comercial (import-export), así como un pequeño side-business local de producción de mariaguana (incluso basado sobre algunos conceptos de comercio justo!).  

Nuestro estimado “entrepreneur”, gestionaba un Modelo Vertical (ligero) tal cual lo describe Jean-Francois Gayraud (El G9 de las Mafias del Mundo: Geopolítica del Crimer Organizado): centralización, disciplina, homogeneidad y estabilidad. Similar al que se observa en la Cosa Nostra o los Yakuzas japoneses. Sin embargo, en los últimos años, la globalización (con todo y el control del lavado de dinero), así como algunos aspectos locales, tales como los desequilibrios en cárteles, han forzado un cambio radical en el modelo. En primer lugar, se agotó el viejo método de Humphreys, ya que tanto a nivel local como internacional el flujo de recursos se encuentra más limitado. Bajo dicho escenario, nuestra actividad import-export se vio afectada generando un efecto similar al observado en Colombia, donde gran parte de la producción debía ser vertida a la economía local. Conceptos como el pago en especie o incluso el trueque de mercancía por otras variedades se volvieron norma. 

Puedes leer la segunda parte aquí.

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